Sidus Dermocosmética: Salud y belleza ecorresponsable

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La piel, el cabello, la botánica, los cultivos, los minerales, la rigurosidad de
la medicina y los saberes milenarios para el bienestar de las personas… En
ese inmenso universo parece oscilar el vasto conocimiento dermatológico,
médico y estético de Sidus Dermocosmética, representante oficial en la Argentina de las marcas francesas Avène, A-Derma, Klorane y Ducray. La salud y la belleza caminan juntas por este abanico de innovación en el ámbito de la dermocosmética. En julio de 2020, el grupo farmacéutico Sidus firmó una alianza estratégica con el Laboratorio Pierre Fabre de Francia. De esta forma, Sidus Dermocosmética inició un camino de crecimiento en el mercado argentino, dirigido por Serge Bouteleau, doctor en farmacia, políglota, quien antes se desempeñó en las farmacéuticas Sanofi y Pierre Fabre. Hoy, con 25 años de experiencia
en el ámbito cosmético y farmacéutico, Bouteleau lidera en la Argentina y el Uruguay las
cuatro marcas que están presentes con 220 productos en 130 países. Según la concepción de Bouteleau y sus colaboradores sobre la dermocosmética, la seguridad y la eficiencia van ineludiblemente juntas, sea que se trate de un envase estéril o de una fórmula para un protector solar ecorresponsable, que no dañe ni los mares ni la salud de quien lo use. Con una gran expectativa por el lanzamiento inminente de diez productos, Sidus Dermocosmética se afianza y aspira a conquistar un tercio del segmento de mercado en la
Argentina.

¿Qué lo llevó a decidir quedarse en el país y pasar de Pierre Fabre a Sidus?

Desde la compañía Pierre Fabre, veníamos trabajando con Sidus hacía varios años con los medicamentos, con la parte cosmética y la planta de Virrey del Pino para fabricación de principios activos que exportamos a Francia. Éramos socios en algunos medicamentos. Fuimos conociéndonos, y la compañía Pierre Fabre decidió cambiar el modelo de negocios, tener un socio partner en la Argentina, ser más ágil por el contexto, por la situación y por las dificultades que puede haber en el país para una multinacional. A mitad de 2019, empezamos a estudiar cómo encontrar el mejor socio que pudiera seguir con todos los productos y la gente. La idea era que la salida del país fuese –como decía Pompidou– “le changementdans la continuité”. Nuestro propósito era encontrar la mejor forma de tener un partner que nos permitiera cambiar con continuidad. Analizamos varios laboratorios, vimos muchos business plans y entre marzo y abril de 2020 identificamos a Sidus. Hablamos con ellos para ver la mejor forma de hacer una transición, seguir creciendo
con los medicamentos importados y fabricados acá, cómo continuar con el área de dermocosmética y la planta, y con los 200 empleados. Yo acepté quedarme en el país y no seguir con Pierre Fabre como Director General de Argentina y Uruguay. Por razones personales y también por decisión de carrera, de seguimiento y de apostar, también desde Sidus el señor Marcelo Argüelles (dueño y Presidente de la compañía) me propuso quedarme para darle continuidad y acompañar la transición, por tener incorporada la cultura francesa, entender la cultura argentina y trabajar con el equipo de profesionales durante seis años. Ese expertise era bueno para quedarme con Sidus. Una linda propuesta, quise apostar a la Argentina, de hecho, mi currículum refleja que los desafíos me motivan mucho. Acepté y me siento muy bien. Estuve 25 años trabajando para las multinacionales Sanofi y Pierre Fabre. Después de seis años en la Argentina, de amigos y familia, si bien hay también cosas negativas, me siento bien con la gente. Yo no estaba dispuesto a cambiar a otro país y adaptarme de nuevo a culturas diferentes. Acá tengo acceso directo con el dueño, las decisiones se toman inmediatamente sin demoras, teniendo en cuenta que en este contexto todo puede cambiar en 24 horas. Me gusta la velocidad y la gente. Aquí veo tanta resiliencia de los argentinos… Chapeau porque siempre van adelante, eso en otro país no existe.

Su transición además se dio en la coyuntura de un contexto inédito de pandemia. ¿Cómo calificaría usted el resultado y el aprendizaje que le deja?

Personalmente me deja un aprendizaje muy bueno. Crecí mucho en estos seis años. A uno le tiene que gustar y motivar este trabajo para hacerlo, hay que venir a trabajar contento. Primero, para uno mismo, y después para la empresa. Debe existir una satisfacción personal, la pasión y la voluntad de trabajar. Uno ve en los ojos de la gente el brillo de que le encanta hacer eso que hace, y ese aprendizaje es la lección que tuve, es luchar por esta pasión, lo que uno cree. Estuve en la primera fila para ayudar a hacer una salida correcta del país, no como otras empresas, que se van y solo dicen chau a la gente. Trabajo, me gusta lo que hago y me encanta cuando a la gente le gusta lo que hace. Mi lugar es este.

¿Cómo describiría a su gente?

Muy motivada, da todo. Es difícil salir de una multinacional y pasar a una nacional. Destaco la agilidad, el poder de decisión inmediata, nos da una oportunidad de llegar a ser el número uno en el segmento de dermocosmética. Tenemos la agilidad que antes no teníamos. Los productos y la innovación serán importados, pero el dinamismo a nivel local es muy importante. Esto se ve reflejado en la rápida distribución: preparar el dossier de registro, registrarlo y traerlo. Es decir, por ejemplo, que va a haber muy poco desfase entre un lanzamiento que puede darse entre Europa y Argentina. En este sentido, destaco que este país es el más europeo de toda América Latina. Hay muchos productos de Europa que son muy adecuados para el mercado nacional, por ende, el consumidor local no tiene la necesidad de viajar o tener que traerlo de afuera.

¿Qué lanzamientos tienen previstos globalmente?

En el segundo semestre, vamos a lanzar a nivel mundial –a excepción de China, que tiene otros tiempos y regulaciones– diez productos de dermocosmética: cinco de Avène, dos de Klorane, uno de A-Derma y dos de Ducray, de distintos segmentos: hidratación, antiage, solares y cicatrización.

¿Qué características tiene el segmento?

Pierre Fabre fue quien empezó a hablar de “dermocosmética”, el primero en rotular el segmento. “Dermo” está cerca de dermatología, de lo médico, requiere estudios clínicos para demostrar eficacia, mientras que lo cosmético no tiene necesidad de mostrar eficacia, pero sí seguridad, no puede dañar. Por ejemplo, son tratamientos coadyuvantes de un medicamento. Exomega es un emoliente específico para todo lo que es eczema de la dermatitis atópica. Hay estudios clínicos que comprueban la disminución del 60/70 por ciento de los eritemas, del eczema de los chicos. Estos productos brindan seguridad total siempre con un estudio científico que comprueba la eficacia y con rigor farmacéutico. Se crea y fabrica de la misma forma un producto dermocosmético que uno médico. Otra característica es que el producto tiene un envase estéril, hay un sistema específico que guarda su esterilidad para evitar total contaminación. Por eso se trata de no poner conservantes, tiene solo los ingredientes que van a actuar en la piel. Es un mecanismo de ingeniería específico que fue creado por la empresa Dassault, fabricante de aviones, que guarda la esterilidad del producto. Son solo ingredientes activos, cero conservantes.

¿Qué es la innovación para Sidus Dermocosmética?

Es elegir el producto adecuado para el mercado argentino. Innovación en dermocosmética por ejemplo en este packaging que tiene eficacia puede ser en la textura fluida y liviana de un protector solar. “Skin protect, ocean respect”: protegemos la piel respetando los océanos. Son ecorresponsables, no dañan los océanos, es una innovación que se implementó hace dos años. Hoy en día en el mercado hay algunos fotoprotectores que son cancerígenos, hay controversias por los componentes derivados del benceno y los usos prolongados de los protectores solares, a diferencia de nuestros productos. No tenemos filtros solares que puedan provocar cáncer en la piel.

¿Cuáles son los principales desafíos que deberá abordar desde su rol?

Personalmente es una oportunidad de crecimiento y de seguir aprendiendo de la cultura argentina. En términos de mercado, hoy en día ocupamos el 25 por ciento, y el objetivo es tener un tercio de aquí a tres años. También destacarnos con los lanzamientos y difundirlos con mucha más fuerza, mostrar que somos expertos, que podemos hablar y comentar.

¿En qué son expertos?

En ser creadores de dermocosméticos, en innovar en componentes ecorresponsables, en implementar mecanismos diferenciadores, en manejar toda la cadena, desde el cultivo hasta el producto en el mostrador. Por ejemplo, todos los productos Klorane están realizados a base de plantas elegidas que tienen principios activos. La quinina se cultiva en determinado lugar del mundo, el productor sabe cómo producirla, cuándo cosecharla,
para que después la llevemos a Francia para hacer el extracto y obtener los principios
activos fortificantes y estimulantes, y hacer las comprobaciones con personas. Otro ejemplo: en 1975, Pierre Fabre compró una estación termal en el sur de Francia, en Avène, se decía que el agua tenía propiedades calmantes, hidratantes y antiinflamatorias. Realizó estudios clínicos durante 20 años, luego creó las termas de Avène en 1995 y empezó a desarrollar productos. Hoy recibe 4 mil pacientes del mundo entero para tratarse la dermatitis atópica y la psoriasis, y otros para hacer tratamientos por quemaduras graves.
Todos los productos de Avène tienen el agua termal adentro. El agua posee una mineralización perfecta para la piel, no cuenta con sales, pero sí con calcio y magnesio equilibrado, y además tiene un microbioma dentro del agua con principios activos.

De alguna forma, tienen una conexión con la sustentabilidad en el ADN de sus productos…

Sí, en la Argentina hay 220 productos nuestros: Avène con el agua termal; Klorane con las plantas. En el caso de Klorane, en el país tenemos proyectos de sustentabilidad con el Jardín Botánico Carlos Thays. En Misiones había plantas en extinción, y el Jardín Botánico mandó expertos que las trajeron para cultivarlas, hacer las semillas y ponerlas de nuevo en su medio ambiente. Lo mismo hicieron hace dos años en el Delta del Paraná, en Tigre, con una docena de plantas que estaban en vías de extinción y las reinsertaron. Sidus tiene participación financiera en todas estas actividades, algo importante para el Jardín Botánico y también cuando se hace un trabajo de orientación para los colegios que visitan.

Quien debe hacer una decisión de compra ¿tiene que elegir entre un producto de dermocosmética o inclinarse por la elección de un medicamento?

Son complementarios. Nosotros visitamos usualmente a casi 3000 dermatólogos. La clave es el profesional de la salud para poder recomendar.

¿Qué acciones de RSE pudieron concretar recientemente?

El año pasado, con el uso diario del barbijo por la pandemia, la piel de los profesionales de la salud se dañaba con dermatitis de contacto. Entonces se nos ocurrió brindar una ayuda, fue un proyecto que surgió desde el área de Marketing de Sidus: llegamos a las guardias de 23 hospitales públicos y privados de todo el país a través del Servicio de Dermatología. En este caso, entregamos 11 mil tratamientos con productos como Exomega, agua termal y Cicalfate, una crema de Avène para cicatrizar a una velocidad enorme, y un par de productos de higiene.

¿Hubo o habrá posteriores acciones en esta línea?

Estamos pensando en variar un poco la acción, pero continuar con algo parecido, ya que se seguirá usando el barbijo.

¿Qué otras acciones o alianzas en relación con la salud y la RSE lograron implementar?

Estamos trabajando con acciones en oncología con la Asociación Argentina de Estética Oncológica (AADEO). Son profesionales que trabajan en los servicios de Oncología sobre los efectos secundarios, que son muy dañinos para la piel y el pelo de los pacientes con cáncer. Nuestra intención es contribuir a su bienestar. La persona se quiere ver bien, busca su bienestar emocional, y hay varios productos hidratantes y activos que sirven para que se sienta mejor. Se está capacitando en los productos a varios especialistas a través de la asociación. También hace dos años empezamos acciones con ADAR, la Asociación de Dermatitis Atópica de Argentina, mediante charlas, entregas de productos de ADerma
y de Avène.

¿Qué se viene para 2021?

Además de los diez lanzamientos de productos durante el segundo semestre, trabajar mucho para poder darlos a conocer. También aspiramos a que la gente de Sidus Dermocosmética pueda trabajar cómoda y motivada, y demostrar que podemos ser número uno; ser y actuar como número uno.