“Transformar la vida de las personas con lo que hacemos día a día es revitalizante”, Pablo Bocco, Gerente de Sustentabilidad de Naranja X

Pablo Bocco ingresó en Naranja X a fines de 2019 y en 2021 asumió como Gerente de Sustentabilidad, espacio desde el que lidera un equipo que reporta al directorio. Apasionado por su tarea, aprovechando un viaje fugaz desde su Córdoba natal hasta las oficinas de la ciudad de Buenos Aires, Pablo habló con PRESENTE y aseguró que hay un interés y un compromiso por todo lo que están generando desde la fintech, que tiene que ver con comprender el impacto que se puede realizar como empresa.

¿Qué implica tener una mirada 360 sobre la sustentabilidad?

A nivel tendencia, vemos avanzar todo lo que es la práctica de RSE desde un departamento de una empresa, gestionando el impacto y generando transparencia. Desde Naranja X el objetivo fue transformar lo que era un área RSE a un equipo consultor, que acompaña a toda la empresa a generar mayor impacto positivo. Por eso nos referimos a una mirada 360. Desde ahí la inclusión financiera es nuestro propósito principal.

¿En qué momento la inclusión y la educación financiera se transformaron en un eje prioritario para la empresa?

Hubo un paso de ser una tarjeta a un ecosistema de soluciones digitales y financieras como Naranja X. Entonces, desde el directorio se repensó el propósito, y lo que queremos día a día es mejorar la calidad de vida de las personas a través de la inclusión y la educación financiera. Desde la innovación social, nuestro aporte tuvo que ver con definir ciertos criterios respecto a cómo lo entendemos y cómo vamos a medirlo. En el cambio de la estrategia, sucedió que RSE dejó de gestionar programas aislados y empezó a pensar cómo llevar educación financiera a los seis millones de clientes. Los objetivos principales de la empresa son los que miden la performance de todos los colaboradores de Naranja X. A la hora de hablar de educación financiera, incluir a la mayor cantidad de personas que actualmente están por fuera del sistema financiero es como mejor estamos cumpliendo nuestro propósito y mejor somos evaluados como equipo.

¿De qué modo definen la educación e inclusión financiera?

Para nosotros la inclusión es el acceso al crédito. En la Argentina casi el 50 por ciento de la población no tiene un historial crediticio, y para empezar a construirlo tenés que poder acceder. Si no podés sacar un préstamo, no tenés deuda con ninguna entidad, no hay datos tuyos, tenés un riesgo alto para acceder a una tarjeta.

¿Cuáles son las acciones y los programas al respecto que están llevando adelante?

En realidad, son líneas de trabajo. Los equipos de riesgo empezaron a desarrollar scorings alternativos, corriéndose del modelo del riesgo al modelo de la confianza. ¿Qué pasa si confío en Pablo y le doy un préstamo pequeño? ¿Lo devuelve o no? ¿Cuánto tarda? Esa persona entra al sistema financiero y empieza a mejorar su scoring y puede acceder a otra entidad financiera, porque ya tiene datos. Ese es un gran aporte desde Naranja X. A nivel préstamos, hubo 600 mil personas que accedieron por primera vez en 2023; además de las 140 mil personas que tuvieron por primera vez una experiencia crediticia. Se rompe así el mito de que generan mora, que no pagan, sino que las personas van evolucionando financieramente. También hay una necesidad muy grande en el contexto actual del país, en el que la gente toma créditos para hacer las compras en el supermercado, para reparar la casa. Por el contrario, se valoran, no se quieren perder, y se responde con responsabilidad.

¿En qué consiste el primer estudio sobre bienestar financiero?

Hay otra línea interesante: les diste acceso, impactaste positivamente. Pero, a veces, les estás dando un salvavidas de plomo. O, quizás, lo que necesitan no es un crédito. Por eso, diseñamos el primer estudio de bienestar financiero, que públicamente solo lo tenemos desde Naranja. Nos dice si el diseño realmente fue útil para el cliente, mediante una encuesta, para saber del 1 al 5 cuánto lo ayudamos. Más del 80 por ciento de las personas nos dice que generamos un impacto positivo, con una respuesta que va entre el 4 y el 4 y medio. El indicador mide tres dimensiones principales: capacidad de disfrute (promociones y beneficios), dimensión de alivio (nivel de burocracia o simpleza de la herramienta) y dimensión de protección (cómo el dinero sirve ante un imprevisto).

¿Cuentan con políticas de diversidad e inclusión, tanto para los colaboradores como hacia los clientes?

En Naranja X y Grupo Galicia tenemos nuestra política de diversidad e inclusión. Puntualmente, en Naranja X hacemos foco en personas con discapacidad; segmentos sociales más vulnerables; personas travesti, trans y no binarias; y mujeres en puestos de tecnología. El año pasado lanzamos la política de inclusión laboral, donde seteamos diferentes indicadores y establecimos que, al menos, el 5 por ciento de las búsquedas de puestos junior para este año debe ser cubierto por personas de comunidades vulnerables. También el 30 por ciento de las búsquedas de puestos de tecnología tienen que ser cubiertas por mujeres. A su vez, lanzamos el protocolo de prevención de violencia o acoso laboral, que tiene que ver con situaciones de violencia entre colaboradores, pero también de clientes hacia colaboradores. En el contexto país, donde es tan compleja la situación a nivel financiero, hay cada vez más tensión verbal y hasta física.

En lo relativo a los clientes, desde el año pasado tenemos atención mediante lenguaje de señas argentino: en cualquier sucursal, la persona que lo requiera puede ser atendida por alguien de modo virtual, que, de hecho, es una colaboradora que tiene una discapacidad adquirida. Estamos lanzando el campo de nombre autopercibido para personas travestis, trans y no binarias, y aquellos que todavía no impactaron su cambio de nombre en el Renaper, para mejorar la experiencia del usuario. Lamentablemente, las personas que trabajan en la informalidad no cuentan con un historial crediticio. Como sociedad, es un tema nuevo, y acompañamos a las 150 sucursales de atención física del país respecto a qué sucede cuando entra una persona trans, cómo brindarle una excelente experiencia, qué pronombre utilizar si el plástico había sido emitido con el nombre anterior.

Desde los servicios, ¿buscan impactar a la población en general o se dirigen mayormente a un público específico?

Tenemos propuestas para el segmento teens (desde los 14 hasta los 18 años), pero la principal parte de la cartera está en adultos. Luego, el segmento senior valora un montón Naranja X por el hecho de que también tiene una propuesta presencial. El año pasado llevamos a cabo talleres de educación digital y financiera en sucursales de todo el país. A su vez, junto a Junior Achievement hicimos talleres de educación financiera para el segmento teens.

¿Tienen iniciativas respecto a la cadena de valor?

Estamos trabajando la transición a la hora de elegir diferentes proveedores. Por ejemplo, se rediseñó el merchandising de Naranja X y hay uno de triple impacto que lo realizó una cooperativa de mujeres que está en Córdoba y reutiliza prendas de uniformes. Otro ejemplo es que en un encuentro de líderes el kit fue producido por organizaciones sociales y la comida proveniente de productores agroecológicos o regenerativos. A la hora de elegir, invertís y generás impacto desde estas prácticas.

Naranja X es la primera fintech carbononeutral de la Argentina. ¿Cómo es esta iniciativa, y qué resultados y proyectos tienen para llevarla a cabo?

En 2021, después de la pandemia, asumimos el compromiso de medir el 100 por ciento de nuestras emisiones de carbono. Armamos un plan de compensación de huella. En su momento, presentamos una idea para ir escalonando y llegar a compensar el 100 por ciento de los gases que emitimos al 2025. La carbononeutralidad es parte de la estrategia de acción climática de Naranja X. Al ser una empresa de servicios, casi el 70 por ciento de las emisiones que generamos están relacionadas con el consumo de energía, con dos edificios corporativos, computadoras, televisores y 150 sucursales. Después, está el impacto del consumo de transporte. En tercer grado, se encuentra el consumo de materiales, donde las tarjetas no alcanzan ni el uno por ciento. Tiene que ver con el consumo de papel, la generación de residuos. Hay un impacto ambiental, no de la escala de una empresa de productos. Todos los años lo medimos. El foco está en reducirlo, también con la transición hacia energías limpias, como el parque solar (con 216 paneles) en el edificio de Naranja X de Córdoba, que abastece gran parte del consumo. A su vez, en CABA hay producción de energías limpias. También hay reducción desde el tipo de artefactos que compramos, automatización o compra de energía limpia. Fuimos la primera fintech que apostó a la agricultura y ganadería regenerativa, desde 2022, en alianza con Ruuts: compramos bonos de carbono, producidos por productores agroganaderos. Este año, además, estamos lanzando la estrategia de consumo sustentable, para que los clientes tengan acceso, con beneficios, a productos con menor impacto.

¿Qué lugar ocupan las alianzas con el Estado, las empresas y las ONG?

Pablo Bocco junto a miembros del equipo.

Venimos de un modelo de inversión social más tradicional: se recibían propuestas, veíamos cuáles estaban más alineadas con nuestro propósito y se hacía una donación. Este año lanzamos el proyecto 24×24, que consiste en 24 proyectos de impacto social o ambiental, en alianza con organizaciones que trabajen temas de crisis ambiental, crisis social e inclusión o educación financiera. Son 24 proyectos en cada una de las 24 jurisdicciones: las 23 provincias y CABA. No va a ser el equipo de innovación social el que elija el proyecto, sino que se van abriendo convocatorias y cualquier persona de Naranja X puede postular un proyecto, desde Unicef hasta el comedor de doña Rosa. Después, se pasa a una etapa de votación interna. El proyecto ganador recibe una donación de Naranja X, que al día de hoy es de dos millones de pesos, y la idea es que el equipo de voluntarios y voluntarias de Naranja X que está en terreno recaude la misma cantidad en dinero o en materiales. Se diseña conjuntamente una solución acorde a las necesidades, para lo cual hay un proceso de aprendizaje que dura cerca de un mes. De este modo, fusionamos voluntariado e inversión social, aprovechando nuestra presencia en todo el país. A su vez, hay líneas que empiezan a emerger, como el financiamiento de impacto o ASG. Sumatoria es una organización con la que trabajamos hace años. Ellos brindan préstamos a diferentes proyectos de impacto social o ambiental, emprendimientos o pymes. Educan y acompañan para que lo devuelvan y lo vuelven a invertir.

¿Cómo se encuentra la Argentina en lo que respecta a sustentabilidad?

Hay diferentes estadios en diferentes empresas. Hay multinacionales que adoptan estrategias globales, adaptándolas al contexto. Hay otras en estado emergente, empezando a prestar atención a ciertas prácticas para mitigar el impacto. Hay empresas de triple impacto o certificadas B, cuya razón de ser es la transición en la cual estuvimos con Naranja X. Puntualmente, lo que me parece interesante de Naranja X es que es una empresa argentina, con un foco puntual en el país y podemos ver el impacto que vamos generando en todo momento. Algunas prácticas son más completas, pero no estamos como al inicio, en algo filantrópico. Hoy veo que hay experiencias que nutren la mirada de nuestros colaboradores, sienten que pueden hacer algo con lo que pasa afuera. Transformar la vida de las personas con lo que hacemos día a día es revitalizante. Genera otro compromiso en la diaria del trabajo.

¿Qué expectativas tenés respecto a tu rol en la empresa?

Creo que estamos recorriendo un camino que no es solamente de un equipo, sino que implica acompañar a todos para que tengan esa mirada, ese mindset de mayor empatía y generar impacto. En plena pandemia, alguien en un puesto gerencial me consultó dónde podía hacer tareas de voluntariado y, más allá de ofrecerle ideas, le dije que podía generar más impacto con el presupuesto y el alcance desde su rol. Tenemos que dejar de pensar que para generar impacto hay que salirse del trabajo del mundo corporativo; hay que transformar las prácticas del sector privado para poder contribuir desde otra forma.

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