Verena Böehme, Directora Ejecutiva de Fundación Manos Verdes: “La educación ambiental es transversal a todo lo que hacemos”

Cuando todavía iba al colegio primario en Alemania, Verena Böehme fundó un club de protección de la naturaleza. Tiempo después, en la secundaria, llevó adelante una iniciativa de recolección de residuos generados por los regalos de Navidad, con los que formaron una gran montaña frente a su escuela para concientizar sobre los desechos que producimos.

La conciencia ambiental es parte de su vida desde siempre, y encontró su forma definitiva de compromiso y acción muy lejos de su Alemania natal. Hace más de una década se tomó un año sabático y encaró un viaje por Latinoamérica que tuvo como primera escala Costa Rica y como destino definitivo (aunque entonces no lo sabía) Argentina. En Buenos Aires comenzó a trabajar con la Cámara de Comercio Argentino-Alemana para establecer intercambios entre la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de Augsburgo. El ambientalismo fue una pata importante de aquellos intercambios.

Luego, Verena presentó una investigación sobre el potencial de las energías renovables en la Argentina que surgió a partir de su sorpresa al notar la ausencia de paneles solares en los techos de casas y edificios locales. Regresó a Alemania por un tiempo breve, para luego radicarse definitivamente en nuestro país. Poco a poco, como parte de los intercambios, se dieron talleres sobre ambientalismo en escuelas. Al finalizar cada taller, para sellar el compromiso de todos los chicos, cada uno se pintaba la mano de verde y la plasmaba en un papel. Llegado el momento de dar el paso siguiente, la conformación de una fundación, aquella acción les dio el nombre: Manos Verdes. La fundación se inició junto a Andrés Steinhäuser, también de origen alemán, y desde sus comienzos trabaja con cinco grandes ejes estratégicos: educación ambiental, economía circular, turismo sostenible, conciencia y arte, y consumo responsable.

¿Los cinco ejes tienen el mismo peso en Manos Verdes?

Prevalecen, para mí, el de educación ambiental y el de economía circular, porque son el origen, de donde venimos y donde más énfasis ponemos. La educación ambiental es transversal a todo lo que hacemos. El eje de arte y conciencia es más por iniciativa de un artista, por proyecto. El de turismo sustentable está desarrollándose gracias a una colaboración con Bariloche y Corrientes. Ahí trabajamos en un sello. Sentimos que el reconocimiento principal lo tenemos por la educación ambiental, el trabajo que hacemos en ese eje. El paraguas grande es el cambio climático, lo entendemos como un deber de reducir emisiones y promover este uso responsable de los recursos naturales.

¿Cómo se compone actualmente la fundación?

Tenemos un equipo fijo de ocho personas. Hay una comisión directiva, con el presidente, la tesorera y el secretario. Contamos con un consejo de administración. Yo soy la Directora Ejecutiva. Hay una persona responsable de coordinación de proyectos y educación ambiental, una abogada ambientalista que trabaja en los proyectos; y también una persona relacionada con las empresas, una de redes sociales, y de administración general y contables. Además, contamos con especialistas contratados por proyectos, porque trabajamos mucho de esa forma en diferentes localidades, así que estamos con una representante en Corrientes y otra en Bariloche, más el equipo profesional que se suma por proyecto.

¿Qué desafíos presenta tu cargo?

Que soy todo en una persona. Es el mayor desafío. Soy abogada, contadora, especialista en ambiente y comunicación, motivadora del equipo. Todo junto. Tenés que saber de todo y saber delegar en personas. Otro gran desafío es saber cómo elegir al equipo para poder crecer. No es fácil la posición. Estamos sumando y buscando más equipo, armando más estructura, sin que nos supere. No queremos ser miles de personas y no tener más el alma que nos caracteriza. Trabajo mejor en equipos pequeños que con una gran armada de voluntarios, que no es nuestro estilo. Trabajamos con profesionales contratados, más voluntarios internacionales o pasantes que se suman.

De cara a 2023, ¿con qué proyectos están?

Tenemos dos iniciativas superinteresantes. Por un lado, estamos preparando los programas de educación ambiental, con formación docente con una plataforma propia de Manos Verdes donde podemos ofrecer los cursos a distancia. Por el otro, está el proyecto de lanzamiento de la plataforma de ecoins en la Argentina. Estamos trabajando en la presentación para la provincia y la ciudad de Buenos Aires. Es una plataforma regional que promueve la separación de residuos: incentiva la separación en origen y premia a las personas que devuelven los residuos revalorizables a un destino. Hay una cooperación con municipios, empresas y emprendedores que pueden darle un nuevo uso a este material recuperado. Es una plataforma de incentivos, donde uno recibe descuentos o premios, y la posibilidad de participar de sorteos de productos acumulando puntos por los residuos devueltos a un lugar de acopio. Además, vamos a implementar el programa Reforesta 3.0, junto a la campaña de prevención de incendios, porque apuntamos a reforestar espacios en municipios y parques naturales de la provincia de Corrientes, principalmente. El objetivo es plantar un millón de árboles a través de un sistema de NFTs. Los que quieran acompañarnos de forma internacional tienen esta posibilidad de sumarse al grupo de coleccionistas de NFT y así trabajar sobre la trazabilidad de las plantaciones de árboles en los diferentes lugares. Son los tres principales proyectos y programas. En el eje de educación ambiental y separación de residuos, los municipios nos piden ayuda con talleres y jornadas de concientización y formación docente, que son servicios que brindamos de forma constante.

¿En qué consisten estos NFT?

La gente compraría un árbol o un conjunto de árboles nativos que se plantan en la provincia de Corrientes. Hoy están disponibles en la plataforma de Binance. En paralelo, si uno no quiere comprar un NFT, puede donar a través de MercadoPago o de la plataforma de Donar Online. Nos gustó la idea para invitar a la comunidad internacional a sumarse y crear esta red de gente que después pueda disfrutar de acciones en los lugares donde estamos plantando los árboles, participar de la plantación, y crear esta comunidad de Manos Verdes en Corrientes.

Más allá de lo que vale por el proyecto, entonces, es un punto de inicio para más proyectos orientados hacia la comunidad internacional…

Exactamente. Y para vincularnos con empresas que buscan compensar su huella de carbono a través de la plantación de árboles o acciones comunitarias. De esa forma, las empresas pueden ser parte de esta campaña de Reforesta 3.0 y sumar árboles y acciones con sus colaboradores.

¿Con qué organizaciones trabajan habitualmente?

El año pasado volvimos a trabajar bastante con empresas, porque en los anteriores nos ocupamos tanto de trabajar con los gobiernos que no contamos con el tiempo necesario. Naturgy, por ejemplo, nos solicitó el trabajo en diez municipios del conurbano bonaerense con el programa Cuidemos Nuestros Recursos. También trabajamos en conjunto en el desarrollo de proyectos con universidades como la UNNE, Universidad Nacional del Noreste. Además, hicimos un primer reciclatón con PepsiCo. En Vicente López formamos parte de la mesa de economía circular, que es una mesa interinstitucional y empresarial de las empresas que están dentro del municipio y que se orientan a la economía circular. Nosotros estamos articulando con las empresas grandes y con las pequeñas, como EcoFactory, que es una empresa de Vicente López que produce bolsas de tela para facilitar la reducción del uso de bolsas de plástico. Estuvimos trabajando con grandes marcas como Coca-Cola, que hizo una limpieza con nosotros. Tenemos cooperaciones con universidades internacionales, la Universidad de Pepperdine, en Los Ángeles, o la Universidad de Nueva York, que mandaron a sus estudiantes como voluntarios para acciones de limpieza.

¿Están trabajando junto al Fondo Canadá?

Sí, en una campaña de prevención de incendios. Es un proyecto que nos va a acompañar hasta fines del año que viene, y surgió a partir de los incendios que hubo en Corrientes, la gran tragedia ambiental. Nos postulamos a un proyecto de cooperación internacional y fuimos seleccionados por el Fondo Canadá y la Red Argentina de Cooperación Internacional para trabajar en más de cincuenta municipios en la prevención y con una campaña de concientización en redes sociales y medios. Así que eso va a ser un fuerte trabajo en los meses del verano, sobre todo, en los que hay sequía y altas temperaturas, para recordarle a la gente que esto no puede volver a pasar.

Con la filial alemana de Manos Verdes, que se fundó en 2015, ¿qué proyectos están desarrollando y cómo es la articulación con la Argentina?

Yo soy también en Alemania la presidenta de la asociación civil. Acá somos fundación. Estamos revisando un poco la estrategia de trabajo en este momento. Estuvimos trabajando mucho con el eje de conciencia y arte con el artista Joaquín Fargas en Alemania para implementar el mismo proyecto de la biosfera en exposiciones en Augsburgo y en la Berlin Science Week en 2021. Queremos que el rol de Alemania en el futuro sea el de centro para la articulación internacional y brinde la posibilidad de obtener fondos desde diferentes países. Que no sea tanto el trabajo en la base como en Argentina. La verdad es que trabajar tanto con la organización de base requiere mucho esfuerzo y voluntad de las personas que forman parte del grupo de la comisión directiva y no siempre se da esta dinámica en la que todo el mundo se mete ad honorem en un proyecto adicional. Después de la pandemia nos dimos cuenta de que la gente está reduciendo mucho su esfuerzo hacia su vida diaria y cuesta volver a abrirse un poco. Por eso, revisamos la estrategia de trabajo para potenciarnos mejor en lugar de inducir proyectos del mismo estilo de Argentina en Alemania. Allá hay otro nivel de desarrollo y se requiere otro tipo de trabajo. El intercambio de experiencias y nuevas prácticas, con nuevas tecnologías en el eje de la economía circular, es algo que nos interesa seguir fomentando desde ambos lados. Formamos parte de una alianza, que se llama Prevent, del gobierno alemán, que articula actores que trabajan en el eje de economía circular y gestión de residuos. Estas plataformas internacionales sirven para conocer iniciativas en otros lugares y quizás potenciarnos, aliarnos con ellas y ponerlas en práctica.

La actividad internacional no se reduce a lo que pueda articularse desde Alemania, ¿verdad?

No, para nada. El año pasado fui a la COP 27, en Egipto, que fue superinteresante. Es una necesidad de abrir y articular desde Argentina hacia el mundo. Sirve para tener más claro el horizonte, hacia dónde va la acción climática y cómo podemos contribuir desde acá como ONG local en esta gran lucha. Es fundamental identificar acciones locales desde las empresas, los gobiernos, las ONG, que podamos contribuir sin esperar las grandes decisiones y los grandes financiamientos que vienen desde arriba. Impulsar desde abajo estas acciones de reducir emisiones y promover el desarrollo limpio. El año que viene va a ser en Dubái y esperamos volver a participar.

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