Agustín Heredia Barión, Director de Fundación Holcim Argentina, dialogó con PRESENTE sobre la importancia del trabajo en alianza con diferentes actores de interés, como por ejemplo su relación con Hábitat para la Humanidad, aparejado al desafío de la virtualidad que impuso el 2020. También, mencionó programas relevantes, como el Fondo Construir, que llevan adelante desde la Fundación para acompañar y mentorear a las organizaciones civiles y a los emprendedores.
¿Cómo se originó la Fundación Holcim y cuál es su misión?
La Fundación es señera no sólo en Córdoba sino en el país. Tiene más de 30 años de vigencia y de trabajo ininterrumpido con las comunidades donde nosotros tenemos nuestras plantas productivas. Y no solamente en ellas. También, hemos ido creciendo en acompañar proyectos, iniciativas que no necesariamente son de esa comunidad chica que está cerca de nuestra planta. Nosotros tenemos planta en Jujuy, Mendoza, Córdoba y en Buenos Aires (Campana). La misión de la Fundación es estar cerca de las comunidades y no solamente con lo que la empresa estima qué es lo que ellas necesitan y lo que uno quiere dejarles y acompañarlos, y mejorar su calidad de vida, sino que también escuchándolos mucho. Este año que pasó fue de mucha escucha, de estar cerca, de poder intercambiar ideas y necesidades. Nuestro foco de todos modos está en dos grandes líneas: en construcción sostenible y en economía circular.
¿De qué se trata el programa Fondo Construir?
El Fondo Construir es un programa que nos da muchas satisfacciones año a año y hemos ido mejorándolo, profesionalizándolo. Y de la misma forma sentimos que las organizaciones que se presentan crecieron mucho en la autogestión. El Fondo Construir no es más ni menos que uno de los tantos programas que tiene la Fundación y el área de responsabilidad social Holcim para canalizar nuestra inversión social privada, identificando proyectos constructivos, mejoras edilicias y habitacionales. También, negocios inclusivos donde no seamos solamente nosotros los que le damos una mano a ese colectivo, a ese grupo de personas que tiene desde la idea de mejorar un salón de uso múltiple, donde se trabaja con reciclado inclusivo, hasta el Hospital Soria de San Salvador de Jujuy. A lo que voy, no es solamente de entrega de algún tipo de material que Holcim produce, sino justamente entender qué buscan con ese proyecto, qué otras empresas o entidades los apoyan, que nos presenten incluso planos para poder entender qué quieren hacer, cómo lo van a hacer. De esta forma hacemos que nuestro apoyo se potencie y podemos trabajar en alianza. Para nosotros son fundamentales las alianzas. Este año que pasó lo demostró más que nunca. Si diferentes empresas, niveles de Estado, diferentes ONGs, podemos trabajar en conjunto, el impacto positivo que dejamos en la sociedad es mucho más grande y visible.
¿Cuáles fueron los resultados del programa durante el 2020?
Los resultados nos permitieron llegar a más de 100 mil personas en diferentes puntos del país. Unas de las grandes intenciones que teníamos para este año es que el fondo fuera bien federal. Y la verdad que pudimos aportar tanto a organizaciones, como mencionaba, en Jujuy, Buenos Aires, Mendoza y aquí en Córdoba. Más o menos para dar una dimensión, logramos apoyar unos cuatro mil metros cuadrados. Y desde un centro de reciclaje, pasando con nuestro apoyo al Hospital Pablo Soria, señero en el norte, hasta apoyar otro programa de reciclaje en Córdoba. Un SUM de una asociación comunitaria que trabaja con la zona de Zárate y Campana. La verdad que son esas acciones que a nosotros nos llenan de orgullo porque vemos la calidad de la inversión que hacemos y el involucramiento de la gente. Yo decía al principio, no es “te otorgo un producto y hago lo que quiero”, sino “contame qué queres hacer”. Incluso en muchas oportunidades ha pasado. Y pasó con el proyecto de Avina de Córdoba Resiliente. También estar atentos a qué otras organizaciones podemos sumar. O sumar al Estado. También, trabajamos muy cerca con los diferentes niveles del Estado: Nacional, Provincial y Municipal.
¿De qué forma apoyan a las organizaciones civiles y a los emprendedores?
En cuanto a los emprendedores y las organizaciones civiles tenemos diferentes formatos con los que hemos trabajado y seguiremos trabajando en los próximos años. Particularmente el año que pasó nos encontró trabajando con otras fundaciones del nivel de Fundación City, de 100 Ciudades Resilientes, de Fundación Avina sobre todo, que fue uno de los principales promotores de esta iniciativa que se llamó Desafío Córdoba Resiliente. Que fue ni más ni menos que destacar esos proyectos que a pesar de los problemas que puede tener la sociedad, y sobre todo potenciados en un año pandémico, seguían produciendo iniciativas, formas de mejorar la calidad de vida de la gente. Y ese concurso repartió casi 3 millones de pesos. Creemos que no ha habido en Argentina un concurso focalizado en los emprendedores durante el 2020 con ese potencial. Y trabajamos sobre dos verticales. Una es la economía social y del otro lado la economía circular en lo que fue la ciudad de Córdoba. Y la verdad que nos encontramos con proyectos muy interesantes desde un grupo de mujeres que hace un reciclaje de materiales en desuso de otros procesos productivos, para ser justamente hilados para poder vender. Otro de los proyectos interesantes es una serie de granjas hidropónicas que se pueden montar en lugares reducidos y multiplicar a lo largo del eje urbano de Córdoba, y no solamente para tener verduras de muy buena calidad, sino también para aportarle al medio ambiente con una generación de oxígeno. Por último, otro proyecto muy alineado a nosotros que somos una de las principales empresas mundiales de construcción, un proyecto de construcción basado en plásticos que se reciclan, se compactan y se van utilizando como una estructura autoportante para la construcción de casas.
¿Cómo se generó el proyecto junto a Las Omas?
Lo de las Omas fue un proyecto muy interesante. De esos que a uno le llena el alma. Nosotros veníamos trabajando con Las Omas, han sido parte de nuestros Caps (Comité de Acción Participativa) que es un ámbito de diálogo con las distintas comunidades donde nosotros operamos y ya los teníamos “mapeados”. Sabíamos que Las Omas era un grupo de mujeres que trabajaba en pos de darle más y mejores herramientas para que esas mujeres puedan generar ingresos, y en tiempos de pandemia pudimos co-crear varios talleres digitales que nosotros llamamos Manos al Cemento donde le dábamos indicaciones, metodologías para que pudieran hacer pequeños productos de cemento. Desde vasijas, macetas y la verdad que anduvo tan bien que lo pudimos replicar en las otras comunidades. Estuvimos trabajando con un grupo ambiental acá en Malagueño y con sus bomberos voluntarios, camino a la ciudad de Carlos Paz. Y ahora en verano nuestra idea es replicarlo a las otras comunidades: Jujuy, Mendoza y Campana. La verdad que fue una idea muy interesante donde pudimos seguir cerca de la gente y cada uno desde su casa cuidándonos y cuidándose para hacerle frente a una coyuntura pandémica que no fue fácil de sortear.
¿De qué se trata la alianza con Hábitat para la Humanidad?
Pudimos firmar una alianza estratégica con Hátiat para la Humanidad que es una ONG a nivel mundial, para hacer unos talleres 100% digitales que tuvieron muy buena recepción. El foco estaba en pequeñas mejoras y no solamente edilicias, sino de cuidado, de limpieza, de organización de las familias en sus hogares justamente para que sea un lugar más seguro, saludable y confortable. Ese círculo de capacitaciones online se entregó con kits a las familias que participaron. Ahí llegamos a más de 80 familias a lo largo de las comunidades donde nosotros trabajamos y la verdad que fue algo muy lindo. Además, habla de la potencialidad de lo virtual y de poder seguir trabajando con las alianzas.
¿Alguna acción que te gustaría destacar referente a la pandemia?
Desde la virtualidad, desde Fundación Holcim y desde el área de Resposabilidad Social de la compañía, encontramos una oportunidad de seguir estando cerca de la gente incluso de multiplicar. Porque, por ejemplo, en los Caps, que son nuestros encuentros de comunicación y de diálogo con las comunidades, encontramos que había muchos padres y docentes que necesitaban herramientas para seguir el día a día de la escuela y el trabajo en casa. Entonces, pudimos identificar una psicopedagoga donde tuvimos picos de hasta de 300 personas que durante una hora les dio tips y escuchó preguntas para mejorar esa simbiosis familiar de compatibilizar el trabajo y la escuela de cada uno de los integrantes. Fue una capacitación muy interesante y la verdad que nos hubiéramos quedado dos horas más contestando las preguntas que tenían los participantes. Tuvimos gente de todo el país. Fue algo interesante y práctico. Esta psicopedagoga pudo darle herramientas para que todos los padres podamos mejorar esa relación de día a día de los chicos tomando la clase en casa.
¿Qué proyectos tienen para el 2021?
La idea es avanzar más con la virtualidad hasta que la situación nos permita volver a acciones como forestación y demás, que son muy interesantes. Nosotros tenemos una historia de voluntariado corporativo muy fuerte donde la gente se engancha mucho, no sólo los que estamos en la oficina sino la gente de planta. Esas actividades las tuvimos que suplantar por otras a distancia. Entonces hicimos algunos talleres virtuales donde les enseñamos a nuestros colaboradores desde arreglar ropa para poder donarla, cartucheras con material reciclable. Veremos este año si nos permite una dualidad entre virtualidad y presencial. Pero vamos a potenciar lo virtual porque me parece que es un canal de diálogo que todavía podemos trabajar más y que las comunidades donde trabajamos le sienta muy bien. Hemos tenido muy buenos resultados.