Analía Kim, Coordinadora de Comunicación de ACNUR, dialogó con PRESENTE acerca del papel actual del organismo en el contexto pandémico, el llamado a la reflexión de la problemática global a través del 70º aniversario, y las alianzas estratégicas con el sector público, privado y ONGs para el mejor funcionamiento de la entidad.
Como agencia de la ONU, ¿cuál es el objetivo de ACNUR?
El mandato principal es brindar protección y garantizar la protección internacional de las personas refugiadas. Creo que es importante entender quién es una persona refugiada. Muchos lo hemos mencionado o escuchado, pero no necesariamente sabemos quién es. Se trata de aquella persona que está obligada a huir de su país, de su hogar, abandonar su familia, sus amigos, su cultura, todo lo que tiene en el lugar donde estaba viviendo e irse para acogerse a la protección internacional de otro país porque su vida corre riesgo o está en peligro. En ese sentido el mandato de la ACNUR es garantizar tanto orientación jurídica como asistencia humanitaria a aquellas personas que están obligadas a irse de sus países por diferentes motivos; por persecución, motivos de raza, religión, opinión política, inclusive en contextos donde hay una situación de violencia generalizada o de violación de los derechos humanos.
¿De qué forma brindan asistencia a los refugiados?
Una persona refugiada llega a un determinado país en busca de protección internacional porque no goza de esta protección en el país en donde está residiendo o del cual es parte. Por supuesto, no trabajamos solos como organización. Esta es una realidad demasiado compleja. ACNUR trabaja en articulación con los Estados. Por ejemplo, en nuestra región existen las comisiones nacionales para los refugiados donde la persona tiene que solicitar el reconocimiento de la condición de persona refugiada, y ACNUR acompaña en ese proceso. Por eso hablaba de acompañamiento legal o jurídico, porque existen una serie de pasos que la persona tiene que atravesar para que un Estado le reconozca ese estatuto. También, trabajamos con agencias socias en los distintos países. Como decía, esto no es una tarea que podamos resolver unilateralmente, sino que requiere de una red de actores que trabajan y bogan por el cumpliento y la protección de los derechos de las personas refugiadas. También, trabajamos en los procesos de integración local. Tengamos presente que una persona que se vio obligada a huir de su país, llega al país de acogida con las manos vacías en términos materiales. Porque dejó su casa, su trabajo. Entonces tiene que comenzar a reconstruir su vida en esta nueva comunidad de acogida. En ese sentido trabajamos en conjunto con organizaciones de la sociedad civil, con distintas dependencias del Estado, con distintos programas en conjunto con otras agencias del sistema de Naciones Unidas para acompañar en este proceso de integración local. Por ejemplo, conseguir un nuevo trabajo, el acceso a la vivienda, y la asistencia humanitaria. De todas maneras, mencionaba recién que las personas refugiadas salen con las manos vacías, pero en realidad cuando llegan a nuestras comunidades vienen con muchas ganas de aportar al país que les abre sus puertas y le da la bienvenida. También, vienen con sus conocimientos. Una de las razones por la que abogamos en el ACNUR es poder abrir estas puertas y generar puentes entre las necesidades de nuestras sociedades y aquellas que pueden aportar las personas refugiadas, que es muchísimo.
¿Se alían a gobiernos locales y al sector privado?
Desde hace unos años atrás, ACNUR lanzó el pacto global por los refugiados. Justamente, como mencionaba, esto no lo podemos hacer solos. Como organización requerimos del apoyo y articulación con las instancias del Estado, con las organizaciones de la sociedad civil, pero por supuesto, también, con el sector privado que cada día está más presente involucrándose con la temática de las personas refugiadas. Por ejemplo, recientemente se firmó un convenio con el Banco Ciudad para poder garantizar la inserción financiera, el acceso a una cuenta. Una persona que viene sin su documentación, sin su pasaporte, porque a veces tienen que escapar un día dejando todo atrás, y en esas situaciones muchas veces las personas no tienen toda la documentación para poder ingresar regularmente al país. Ahí es donde el ACNUR normalmente acompaña y los Estados han sido muy solidarios para poder evaluar estas situaciones particulares. Y por supuesto, imaginemos una persona que está en esa situación: cómo se hace para que pueda acceder a un trabajo formal. En este sentido, la inclusión financiera y bancaria de estas personas es importante. Entonces, el sector privado tiene que estar si o si involucrado y estamos trabajando en eso. Tejiendo alianzas, generando algunos programas como de Talento Argentina, donde varias empresas del sector privado se comprometieron para poder brindar facilidades y poder incluir entre sus compañías y sus emprendimientos, a la población refugiada que se encuentra en nuestro país.
Este año cumplieron 70 años, ¿qué acciones realizaron para homenajearlo?
El 14 de diciembre fue nuestro 70º aniversario. Para nosotros es una fecha muy importante. No es una fecha que hemos celebrado, sino que es un momento para reflexionar acerca de nuestro mandato, para redoblar nuestros esfuerzos y poder amplificar nuestro mensaje, y que esta problemática por la cual trabajamos sea cada vez más conocida. Realizamos una serie de proyecciones en la Ciudad de Buenos Aires para, justamente, tratar de amplificar nuestro mensaje, llamar a la sociedad para que comprenda cuál es la situación de las personas refugiadas a nivel global. ACNUR está presente, por supuesto, a nivel global en muchas operaciones en el mundo. Muchas veces, lamentablemente, en contextos más complicados que el que vivimos en nuestra región. Pero no es una realidad ajena a nuestra sociedad. Aquí en la Argentina tenemos personas que llegan al país en busca de esa protección internacional. Entonces, en el marco del 70 aniversario realizamos una serie de proyecciones. Hicimos un recorrido itinerante en distintos barrios de la ciudad. Estuvimos en San Telmo, Palermo, en el Centro y culminamos con una proyección en el Congreso de la Nación para poder desplegar este mensaje de solidaridad. El mensaje que quisimos transmitir, también, a través de esta campaña es que nuestra historia es la de millones de personas. Porque estamos hablando, en la actualidad, de más de 80 millones de personas que se encuentran desplazadas forzosamente a nivel global. Entonces, siempre tratamos de visibilizar detrás de estas cifras las historias individuales. Detrás de esas cifras son 80 millones de historias diferentes. De personas que han tenido que cruzar el océano o el mar, que cruzaron una frontera en condiciones lamentables, de personas que están intentado salir adelante y queremos dar ese mensaje positivo. Hemos visto cierre de fronteras, situaciones que nos generan mucha tristeza, pero también vimos muestras de solidaridad en nuestras sociedades. Es lo que queremos rescatar y agradecer, y apostar a seguir construyendo un futuro en conjunto.
¿Cómo se vivió la actividad de la agencia en este año tan particular?
La situación de los refugiados es de extrema vulnerabilidad. En ese sentido esta crisis global que hemos atravesado durante este año perjudicó e impactó de una manera más preocupante a la población por la que nosotros trabajamos. Por supuesto, que fue complicado para la sociedad en su conjunto, pero lo que observamos es que esto trajo enormes desafíos para poder asistir a la población refugiada. En ese contexto brindamos asistencia humanitaria, acompañamos para garantizar el acceso a la vivienda de las personas refugiadas que muchas veces no tienen los recursos económicos y terminan en situación de calle. También, acompañamos en la garantía de las necesidades básicas como la alimentación y el abrigo. Este año realizamos una campaña durante el invierno para las personas que no tenían abrigo y que puedan pasar la temporada. También, distribuimos kits de alimentación. Para nosotros esto fue un gran desafío porque es la primera vez que estamos en este contexto tan complejo, y en ese sentido es un desafío acompañar y estar a la altura de la circunstancia. Lamentablemente, no todas las necesidades se pueden cubrir. Siempre los recursos son limitados y siempre es insuficiente. Esa es un poco la sensación que nos queda como organización, pero no vamos a bajar los brazos. Seguimos trabajando por ello, y por eso la organización hace un llamamiento a la comunidad internacional para que haya más fondos de cooperación para poder atender esta situación. Vamos a salir adelante en conjunto con todos los actores, entre ellos el sector privado.
¿Cómo puede colaborar la sociedad?
Invito a todas aquellas personas que estén interesadas en nuestra causa y en el trabajo que realizamos a consultar nuestra página web www.acnur.org. También, a seguirnos en nuestras redes sociales: en Instagram y en Facebook nos encuentran como ACNUR. También, en nuestra cuenta de Twitter @ACNURSuramerica. Y para todas aquellas personas que quieran comprometerse un poco más y sumar alguna donación en particular, en Argentina trabajamos en conjunto con la Fundación ACNUR Argentina que recibe donaciones para todo el trabajo que realizamos a nivel global. Así que invitamos a que consulten también sobre su página web y sus redes sociales.