Sunshine Lab: Creatividad con impacto

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Sol Abadi es fotógrafa y directora de arte argentina con reconocimiento local e internacional, pero hace cuatro años empezó a descubrir el camino de la sustentabilidad y entendió que desde su trabajo debía transformarse en un agente de cambio. Así creó Sunshine Lab, un estudio que busca brindarles a marcas ideas creativas, pero siempre respetando la emisión neutra de carbonos, la economía circular y el triple impacto.
En 2020, Sistema B –organización que promueve a nivel empresarial a aquellas que generan triple impacto– le otorgó la certificación a su estudio fotográfico y a la agencia creativa, siendo la primera en Latinoamérica y la segunda en el mundo.
“Siempre trabajé de fotógrafa. Fue mi único trabajo, y al igual que con Sunshine Lab, mi guía siempre fue mi pasión, aquello que estaba convencida que me apasionaba. Cuando nace Sunshine me doy cuenta de que tenía separada mi vida personal y laboral en cuanto a valores. No me había percatado de que podía unirlas”, dice Sol durante la entrevista. De esta manera, comenzó por un camino para integrar sus pasiones, al mismo tiempo de poder brindar servicios que sean agentes de cambio.

Para empezar, ¿cómo fue tu inicio en este camino?

Soy fotógrafa de moda y publicidad desde hace 20 años, siempre sentí que me dedicaba a generar imágenes bonitas y transformar el mundo a través de la imagen. Un día me enteré de la existencia de las empresas B, así, me di cuenta de que podía generar impacto positivo a través de lo que hacía. Ese fue el inicio de mi cambio dentro del trabajo. A nivel personal, ya tenía asimilados algunos valores relacionados con la alimentación, el ejercicio, la conciencia y el uso de los recursos de mi casa, pero nunca los había asociado al trabajo. Entonces decidí fundar Sunshine Lab, una agencia creativa y productora integral de triple impacto.

¿Cómo fue el acercamiento a los primeros clientes?

Venía de varios años de trabajar con marcas desde la fotografía, la creatividad y la producción, entonces fue empezar a generar contenido propio de impacto positivo. Así comencé a contactarme y me empezaron a conocer. Fue un proceso muy orgánico. El primer trabajo de Sunshine Lab –su nacimiento– fue una acción de moda sustentable. Siento que la moda tiene una gran responsabilidad hacia la sociedad y el medio ambiente, no solo por ser una de las industrias que más contamina, sino también por el poder de comunicación y su influencia. En este contexto, decidimos crear junto a mi amigo Fabián Paz –que tiene Valdez, una marca de zapatos y carteras– una acción que se llamó “moda circular”: invitamos a las personas a donar ropa y juguetes en buen estado, que ya no necesitaban, en una comunidad de marcas. Esa comunidad les otorgaba un descuento a quienes querían comprar otra cosa, y nosotros podíamos darles una nueva vida a esa
ropa y a esos juguetes que ya no estaban en uso. El objetivo era llevar conciencia a la industria de la moda para que pudiera generar impacto positivo.

En este nuevo paradigma, ¿las empresas tienen mayor interés por la sustentabilidad?

Sí, cada vez hay mayor interés de las empresas en la sustentabilidad y en el impacto positivo. Aunque para varias compañías es nuevo y a veces no es sencillo que realicen acciones que sean sostenidas en el tiempo. Por lo que desde la agencia hacemos
consultorías a marcas. Esto es útil, porque ayudamos a que puedan analizar la sustentabilidad como un todo en sus propias marcas y empresas. La sustentabilidad debe atravesar el negocio en general. En este proceso, nosotros buscamos, dentro de la identidad de las marcas, cuáles son las causas alineadas, ya que no todas las empresas tienen las mismas causas, pero todas pueden generar mejor impacto social y ambiental. Así cada una está alineada a diferentes ODS (objetivos de desarrollo sostenible). Algunas se encuentran más vinculadas a género, otras a vida submarina. Para que la sustentabilidad sea profunda en los negocios y duradera, debe estar alineada a la identidad de cada compañía.

¿Cómo fue tu proceso con Sistema B?

La agencia nació con los valores y las guías de Sistema B. Al principio no tenía interés en certificar, ya que son nuestros valores, pero me di cuenta de que certificar era generar más impacto positivo, era potenciar también ese ecosistema, que sentía que era tan rico y que le aportaba tanto a la sociedad. Así empecé el camino de la certificación. Me sirvió, ya
que todos los lineamientos y las preguntas que son parte de la certificación te ayudan a repensar, organizar y entender dónde se genera impacto positivo y dónde podés avanzar. Es muy útil y productivo para mejorar, organizarse y medirse. Obtener la certificación fue muy emocionante para mí, además de validar lo que somos.

¿Cómo es el equipo de trabajo?

Somos redes y alianzas, trabajamos en equipo con quienes compartimos valores, como creativos, comunicadores, productores y diseñadores alineados en generar impacto positivo desde el rol de cada uno.

¿Qué significa la sustentabilidad para vos?

Por un lado, siento que la sustentabilidad es sentido común, como lo lógico de cuidar todo lo que nos rodea; y, por el otro, también sentido común en lo contrapuesto a individual, es decir, en el sentido colectivo. Es entender que somos parte de un todo.

Dentro de tu trabajo, ¿qué es lo que más te gusta?

Me encanta poder aportar contenido creativo alineado al impacto positivo, social y ambiental. Es divino, porque ayuda a las personas para que les resulte atractivo, que las seduzca, divierta y guste. Al mismo tiempo, desde la producción, por ejemplo, cuando hacemos eventos, es interesante buscar, generar o crear esos proveedores que puedan cuidar la cadena de valor, que a veces no existen, entonces se deben ir armando.

¿Cuáles son los desafíos que encontrás en este camino?

Encontramos que hay varias materialidades que todavía no existen, que hay que mejorar, que los clientes entiendan que no son costos mayores, sino que es darle una vuelta a todo para poder trabajar del mejor modo posible. El desafío es hacerles entender a las empresas que ganarán igual si trabajan de un modo más sustentable.

¿Tenés definidos tus próximos objetivos?

Seguir inspirando y expandir esta manera de trabajar, en una industria que está creciendo mucho: la sustentabilidad dentro de la comunicación, la producción y la creatividad. El objetivo es seguir difundiéndolo y hacer que esta industria pueda trabajar de este modo.

Sobre tu vínculo entre fotografía y la sustentabilidad…

El nacimiento de Sunshine Lab me llevó a replantearme mi trabajo como fotógrafa en dos aspectos: por un lado, vinculado a la manera de producir. Por ejemplo, los catering no pueden traer descartables o deben minimizarlos, se debe incluir la separación de residuos y cuidar los recursos. Por el otro lado, está el mensaje que comunicamos. En este punto el
desafío es enorme, porque, por ejemplo, la imagen puede crear y generar estereotipos. Desde ese lugar el trabajo es día a día, paso a paso, y los cambios se logran de a poco. Desde poder crear y generar mayor diversidad, más inclusión en lo que mostramos, en las personas y en las situaciones. Esto me ha llevado a no poder hacer determinados trabajos
en los que no estoy alineada en cuanto a ideología o productos.

Desde el lado del público, ¿observás mayor demanda e interés en estos temas?

Sí, es impresionante. A veces sentimos que el mensaje es obvio, que no aporta, pero nos damos cuenta de que con pequeñas acciones que inspiren a alguien se pueden generar grandes cambios, ya que es un efecto dominó, tanto lo bueno como lo malo. Cuando se logra sembrar una semilla sobre la sustentabilidad en un emprendedor o en una marca, en el largo plazo esta termina dando frutos. Hay que aceptar que pueden ser pasos pequeños, que tienen gran valor, y también que no es posible ser ciento por ciento sustentable, siempre estamos nadando en grises y se trata de ser cada día mejores. Eso se lo podemos comunicar a las empresas y a los emprendedores, porque los anima a dar los primeros pasos. Deben entender que no pueden hacer todo junto y que siempre habrá más aspectos para mejorar.

¿Qué le dirías a una empresa para convencerla y que empiece en este camino?

Primero la invito a descubrir sus prácticas. Estoy segura de que todas las empresas cuentan con prácticas de impacto positivo y tal vez no las conocen. Cuando reconozcan esto, las podemos animar a seguir dando pasos y avanzando.

Con respecto a la pandemia, ¿cómo los impactó?

A pesar de las dificultades, fue un año de mucho aprendizaje. Por un lado, conseguimos la certificación, que es un logro, además fue un año de gran trabajo interno en la agencia para poder crecer. Por otro lado, ya con mayor actividad económica y cerca de fin de año, se empezó a reactivar el movimiento, dando respuesta a todo ese trabajo interno. Asimismo, observamos que cada vez hay más proyectos alineados a la sostenibilidad.

Por último, ¿qué más te gustaría compartir sobre Sunshine Lab?

Este año nos comprometimos con la neutralidad de carbono y empezamos a ofrecer un servicio a nuestros clientes mediante el cual cada producción que hacen con nosotros pueden medir la huella de carbono y compensar plantando en bosques nativos. Todavía no se activó, pero la idea es poder compensar la huella de carbono.